La legalización del consumo de marihuana para fines recreativos ha generado una industria tan grande que se espera que para el 2019 alcance los 10.800 millones de dólares. Esto ha disparado las alarmas de inversionistas, hombres de negocios y emprendedores buscando quedarse con un pedazo de esa “moña”. Conoce las startups de marihuana
Empecemos con el estado de Colorado, pioneros en la aprobación del uso de marihuana para fines recreativos. Algo en lo que coinciden los visionaros de este negocio es que hay que entender esto como algo más que un montón de drogadictos pendientes de vivir drogados todo el año. Durante el primer año de aprobación, Denver, capital del estado de Colorado, recibió un récord de más de 15 millones de turistas y viajeros por negocios, lo que se traduce en más ingresos por concepto de turismo y en la generación empleos directos e indirectos.
John Hickenlooper, gobernador de ese estado, califica la situación actual como “uno de los experimentos sociales del siglo XXI” y asegura que están haciendo “todo lo posible para crear un sistema de comercio regular, que funcione y que no sea peor que el alcoholismo”. Pero algo que aún no se tiene muy claro es el impacto social que todo este “experimento”, como él lo llama, está trayendo para los Estados Unidos. O por lo menos no hay una versión oficial. Lo que sí tienen muy claro es el negocio que está representando. Según sus cifras más de 70 millones de dólares en impuestos ingresaron a las arcas del estado relacionados al comercio de la marihuana.
Tocamos el tema del impacto social porque hay una corriente que siempre ha pensado que la droga es sinónimo de criminalidad y esto se encargó de rebatirlo un estudio de la Universidad de Texas en Dallas, que aseguraba que cruzando los reportes del FBI, en el período donde se aprobó el uso de la marihuana para uso medicinal en 11 estados, no se reportó un aumento de los crímenes violentos. “De hecho, para algunas formas de violencia (homicidios y asaltos) hubo un descenso después de la aprobación”, reportó Robert Morris, profesor de criminología y uno de los autores del estudio.
Emprendores del cannabis
Pese a los diversos problemas que los defensores han encontrado, sobre todo en Colorado y en Washington, la legalización del cannabis ha abierto una nueva ventana de negocio que se presume multimillonaria. Todos estamos claros de que para un país como Estados Unidos, cumbre del capitalismo, movido por el dinero e históricamente construido sobre las bases de emprendedores y hombres de negocio, eso implica una oportunidad que muy pocos están dispuestos a dejar pasar. La marihuana es dinero. Demasiado dinero. Y eso todos lo tienen claros.
Ya existe incluso un organismo que se encarga de conectar emprendedores dedicados a este ramo. Se trata de ArcView Group que además de organizar grandes eventos de networking invierte en los proyectos que consideran van a ser un éxito. De hecho Justin Kan, uno de los socios de Y Combinator, dio una conferencia en uno de estos eventos, indicando que el cannabis «es el sueño de cualquier inversor”. A raíz de todo este interés en el producto verde, se han creado fondos de inversión exclusivas para industrias del cannabis, como Poseidon Asset Management, que han invertido en compañías que fabrican lámparas hidropónicas, vaporizadores de última tecnología y hasta en Weedist, una red social para conocedores del weed.
Incluso inversionistas tradicionales como Peter Thiel (co-fundador de PayPal y de los primeros en invertir en Facebook, AirBNB y SpaceX) inyectó 75 millones de dólares en Privateer Holdings, una compañía dedicada a las innovaciones de este ramo, dueña de 3 de los negocios más importantes dentro del mundo de la marihuana: Leafly, una empresa de tecnología que busca ofrecer la plataforma de información más confiable sobre el mercado de cannabis, con aplicaciones y una especie de comunidad donde la gente puede rankear distribuidores y compartir consejos sobre la materia; Tilray, que con un equipo de más de 100 empleados, es una de las productoras legales de marihuana más grandes del mundo; y Marley Natural, donde están involucrados los hijos de Bob Marley y que busca convertirse en la primera marca de estilo de vida enfocada en la marihuana ofreciendo productos como Heirloom Cannabis, la variedad favorita de Marley, lociones, cremas y otros accesorios basados en la marihuana.
Proyectos verdes
Otros proyectos parecidos han estado en el ojo de inversionistas como: CannaRegs, una biblioteca de referencia sobre marihuana para abogados, consultores, empresarios individuales y profesionales de la industria, que provee información sobre cambios en la legislación y regulación del uso. Iniciativa que ganó el primer lugar en el Marijuana Technology Startup Weekend.
Start-ups hay un montón, por nombras algunas:
CraftedHere, un directorio online de dispensarios, bares y clubs tolerantes con la marihuana para turistas y entusiastas locales.
CannaBrokers, que facilita las transacciones al por mayor entre agricultores con licencia, productores de comestibles y compañías con dispensarios.
DNATREK que desarrolla un “código de barras biológico” con el cual a la hora de comprar se podrá “escanear” el producto y así saber su edad, origen e incluso la posible adulteración.
Bud+Breakfast, conocida como «el AirBNB de la marihuana» y consiste en un servicio donde el usuario puede rentar alojamiento en lugares donde el consumo es legal, y cuyos anfitriones facilitan el consumo y ofrecen productos hechos con marihuana, así como charlas sobre sus beneficios medicinales.
HighThere!, también llamada «el Tinder de la marihuana», una red social para amantes de la marihuana. Esta aplicación te muestra a usuarios cercanos y, si te parece interesante el perfil de otro usuario, puedes marcar HighThere! o bien ByeThere! para rechazarlo. Si coinciden los HighThere! los usuarios podrán hablar en un chat que se abrirá en automático.
Billowby, una tienda en línea especializada en accesorios para fumadores de esta hierba, con productos como vaporizadores, pipas, bongs, contenedores, papeles, entre otros complementos.
WeedMaps que es como un especie de Google Maps para encontrar distribuidores de marihuana cerca de donde estés.
MassRoots es otro de los mejores ejemplos de negocios que les ha ido muy bien. Es simple, es una comunidad orientada al uso médico de la marihuana, pero que recientemente también se volvió muy famosa porque por un lado recibieron financiamiento de ArcView Group por unos 150 mil dólares y por el otro lado se convirtió en la primera app relacionada con esta planta en ser aprobada por la tienda de app de Apple (eso sí, solo para los estados donde es legal). Algo que sin duda demuestra que hasta la marca de la manzanita entiende la relevancia del caso.
WaterPulse desarrolla una solución que promete reducir el consumo de agua para los que plantan marihuana en un 70% mientras que Forever Green Indoors -creada en 2013- fabrica paneles LED de iluminación interior para estas granjas. Esta última empresa, creada por Kevin y Kathleen Sullivan, tuvo medio millón de dólares en ventas el año pasado, y aunque su negocio empezó hace 5 años con otra orientación, la legalización de la marihuana ha hecho que la proyección sea notable. De hecho, esperan contratar a 8 personas este año para dar servicio a ese crecimiento en pedidos y paneles.
Esas soluciones también alcanzan al mundo empresarial: MJ Freeway es una empresa que según sus responsables está dirigida a que cualquier emprendedor de este segmento «lleve un negocio de éxito de cannabis». En esa empresa proporcionan desde la monitorización y trazabilidad del cannabis a todas las necesidades de servicios informáticos para productores, cultivadores, fabricantes, colectivos, clubs, tiendas y dispensadores o, por supuesto, vendedores. Y además, la misma empresa proporciona MJ Mobile, una aplicación móvil que gestiona todas esas operaciones disponibles en esta solución empresarial.
Pero no creas que son unos locos, algunas de estas empresas vinculadas al cannabis incluso cotizan en la bolsa. Si quieres darles un vistazo revisa el MJIC Marijuana Index para que veas como suben y bajan las acciones.
La gallina de los huevos verdes
Una de las cosas negativas es que las start-ups que nacen de este negocio aún tienen muchas dificultades para acceder a financiamiento y mucho menos pueden gozar de deducciones fiscales por lo que pueden llegar a pagar en impuestos un 60% de sus ingresos. Y todo esto aunado al hecho de que si no manejas bien los márgenes de cultivo puedes durar hasta 3 meses para poder generar un nuevo lote.
En el último informe de ArcView se destaca que la marihuana es la industria de más rápido crecimiento en Estados Unidos, y su CEO, Troy Dayton, indica que «de ser legalizada completamente, ésta podría ser una industria de 36.000 millones de dólares. […] Es como con la fiebre del oro. Es un gran momento para vender picos y palas».
Y saliéndonos un poco de los Estados Unidos, nos encontramos con el caso de La Universidad Politécnica Kwantlen de Canadá, que ofrecerá el curso de “Introducción a la Gestión Profesional de la Marihuana” en donde enseñarán cómo operar un negocio bajo las nuevas regulaciones gubernamentales del país. Las clases se impartirán en línea durante 14 semanas por Tegan Adams, gerente de desarrollo de negocios de Experchem Laboratories, empresa que ayuda a los productores con sus presentaciones a la Secretaría de Salud en Canadá. El curso de divide en cuatro módulos que abarcan los temas relacionados con la producción de la planta, marketing y ventas, condiciones médicas y desarrollo de fármacos.
Desde el lado de Sudamérica existen iniciativas como Green Grow Market, en Colombia, que se dedican a comercializar productos medicinales hechos con marihuana y cuyas pomadas aseguran que alivian muchos dolores que la medicina “tradicional” no ha podido.
El futuro está echado y muchos expertos aseguran que el negocio de la marihuana será tan grande como lo fue en su momento el boom de las “.com”. Situación que también significa que puede convertirse en una gran burbuja llena de vendedores de humo y oportunistas con ganas de ganar dinero instantáneo. Y por supuesto con las implicaciones que también conlleva el hecho de hacer negocios con algo que es considerado por muchas personas como “algo religioso y místico”. Algo parecido a traficar con la fe y “monetizar” una sustancia espiritual.
Lo que sí es cierto es que es una industria que está empezando de la que todavía se está construyendo las bases. Es como el debate de internet y la tecnología, las reglas van a ir cambiando constantemente. Algo de eso hablaron en una de las últimas reuniones organizadas por ArcView. Una corriente cree que en el futuro enrolar un porro va a ser tan inusual como hoy en día usar los diskettes porque sus aplicaciones serán muy variadas en la comida y condimentos, mientras que otros creen que la tendencia será hacia la parte medicinal. Otros son visionarios apostando que cuando se masifica su uso en todo el mundo significará una revolución para la medicina como en su momento lo fueron las vacunas y la anestesia.
¿Está preparado el mundo y su doblemoralismo para esta industria?
¿Cuánto tiempo pasará para que se destruyan los convencionalismos sociales?
¿Será que el futuro ya no está en los garajes de Silicon Valley sino en sus granjas?