No importa si la incapacidad está a la vista, tienes que demostrarlo con un papel
En Venezuela se vive lo insólito, un país que fue potencia petrolera hace décadas es ahora uno de los países que más sufre por la falta de comida.
Desde hace dos años que se acentuó una crisis de abastecimiento en no solo los productos básicos de la mesa del venezolano, sino en casi todo lo demás: repuestos para vehículos, artículos de limpieza, insecticidas, entre otros, son imposibles de conseguir y cuando lo logras, el precio es increíble.
Pero ahora no solo se sufre la injusticia de vivir privados de poder comprar lo que se necesita gracias a controles típicos de regímenes comunistas en el mundo, sino que si naciste con una discapacidad que te imposibilite poner tu huella dactilar en la ingeniosa idea del captahuellas que te bloquea cada vez que compras, los locales te dicen que no puedes comprar.
Esto le ocurrió a una mujer llamada Yossul Urdaneta en Maracaibo, estado Zulia (al oeste de Venezuela) cuando se dirigió a dos supermercados de la zona para realizar sus compras y en los dos establecimientos le fue negada la compra por su discapacidad.
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Urdaneta fue enviada a la Intendencia de Maracaibo para solicitar un documento que hiciera constancia de su evidente discapacidad y lo peor del caso es que ni siquiera registraron correctamente su caso al explicar el documento que sus brazos habían sido amputados cuando en realidad ella nació sin sus dos extremidades superiores.
Yossul declaró al diario La Verdad que se sintió insultada «No me vendieron comida porque no tengo brazos. No saben ni cómo tratarnos. Es lo que más me molesta». Ella tiene 26 años y su condición nunca la ha privado de realizar cualquier actividad cotidiana «toda su vida ha podido hacer cosas como todos. Sus pies no solo los usa para caminar, con ellos escribe, se acomoda el cabello y maneja su Instagram», reseña el diario.
«Me considero una persona valiente y por eso este reclamo. No voy a permitir que una autorización me diga que no tengo brazos (…) No siento rabia porque no me hayan vendido la comida, es la injusticia. Creo que deberían sancionarlos pero por la falta de solidaridad”, es lo que expresó la ciudadana.
Lo normal sería que ningún venezolano se vea privado de poder adquirir cualquier producto que quisiera y las cantidades que quisiera en el momento deseado. Así como Venezuela estaba hace 10 años o más. Pero la solución para el gobierno venezolano es la imposición de controles en la vida de los ciudadanos gracias a su negativa de corregir la situación económica tan espantosa que se vive en el país.
Con Info de Diario La Verdad
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