Que te descubran tus amigos es una cosa, pero cuando se trata de tu familia o la policía, las cosas cambian
Las drogas y sustancias ilícitas, a pesar de ser ilícitas, tienen una gran cantidad de consumidores que es lo que hace tan rentable el narcotráfico.
Cuando se trata de marihuana existen personas que lo admiten sin mucho complejo, considerando que la hierba está siendo legalizada poco a poco en más países occidentales.
Pero cuando tienes una fachada de niña o niño bueno y eres descubierto utilizando drogas, el shock es mayor y puedes terminar con un ejército de amigos intentando ayudarte, padres súper preocupados e histéricos o lo peor de todo, acabar preso por un tiempo. Veamos cuáles son las peores maneras de ser descubierto cuando alguien consume drogas:
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Ser descubierto por los amigos
Esto es lo más leve que puede ocurrir porque de tratarse de verdaderos amigos intentarán ayudarte o hacer más llevadera la adicción. Otros te tildarán de drogadicto y no querrán tener nada que ver contigo. Si se trata de marihuana, quedarás impresionado con la cantidad de gente dispuesta a probarla.
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Ser descubierto en tu propia casa
Hay personas que no saben esconder las cosas y por eso pagan las consecuencias. Cuando tu mamá se encarga de los quehaceres de la casa, el riesgo es aún mayor. En caso de que tus padres te descubran un gramo de marihuana o un polvito blanco que ni ellos mismos identifican, puede pasar lo siguiente: llegas a tu casa y encuentras tu droga sobre la mesa para que sea lo primero que veas, ya estás claro que lo que viene es un mega sermón y te lo tienes que aguantar. Otra posibilidad es que de una vez te ingresen a alguna terapia de ayuda sobre adicciones y te amenacen con botarte de la casa si no asistes. Cada hogar en diferente así que también cabe la posibilidad de que te boten toda sustancia ilícita que encuentren mal parada.
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Ser descubierto en la escuela o universidad
De nuevo, si se trata de amigos o compañeros contemporáneos contigo, no pasará a mayores. El problema en las instituciones educativas es que generalmente tienen estrictos códigos y normas sobre el consumo de alcohol y drogas dentro del campus. En caso de ser descubierto por un profesor o uno de los empleados de la universidad, corres el riesgo de ser expulsado y bloqueado del sistema universitario. No le deseamos esto ni a nuestro peor enemigo, aprendan que la universidad no es lugar para estarte arriesgando tanto.
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Ser descubierto en el trabajo
El problema de adicción es grande si utilizas las horas de trabajo para consumir alguna droga. Comprendemos que algunos empleos son totalmente estresantes y agotadores, pero de allí a correr riesgo en tu sitio de trabajo es demasiado. Tus compañeros laborales rara vez son tus amigos y a la primera oportunidad, empezarán a decir chismes sobre ti ¿imagínate si se trata sobre drogas? No pasará ni una semana hasta que tu jefe o supervisor se entere y entonces quedas rayado y probablemente despedido. Hay que saber escoger los momentos.
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Ser descubierto en una discoteca o local nocturno
Sabemos que estos sitios se prestan muchísimo para el consumo de drogas, pero por ley, ellos deben estar pendiente de que las personas no lo hagan a la vista de todos porque siempre puede haber alguien que denuncie el lugar por consumo y venta de drogas. Cuando a una persona no le importa esto y consume sea donde sea, lo más seguro es que ya esté vetado de varios lugares, incluyendo alguna que otra discoteca.
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Ser descubierto por la policía
Estás con tus demás amigos que al igual que tu consumen, fumando un porro o aspirando algún polvito y de repente: ¡UNA ALCABALA! Los policías no tienen mucha fama de ser condescendientes con las personas y menos si hablamos de un cuerpo policial latinoamericano. Que te descubra un policía se reduce a estas cosas: te pedirá dinero para dejarte ir y de paso se quedará con la droga, si no le pagas, corres el riesgo de que te planten más droga para poder procesarte con una cantidad más grande que la de consumo y j*derte infinitamente, o lo más leve que te puede ocurrir con un policía es llevarte al ministerio público y seas obligado a asistir a una rehabilitación.
Las experiencias con policías siempre van a ser las más arriesgadas porque siempre van a querer sacarte dinero o exponerte en frente de tu familia. De allí que haya lugares para hacer las cosas, no puedes considerar al mundo entero tu propiedad, recuerda que convives con otra gente que no hace las mismas cosas que tú.
Y recuerda: las adicciones son malas. Si se trata de drogas y no sabes qué hacer, busca ayuda. No permitas que una adicción destruya tu vida, no lo vale. Aprende a experimentar las cosas y aprende a ponerte límites para que no termines sin familia o metido en la cárcel porque al policía le dieron ganas de j*derte.